PLANING

Sábado 14 de abril.

 

Sitio de salida por determinar a las 8 de la mañana.

 

Llegada al refugio de Agreda a las 12 del mediodía  deshacer maletas y comer, por la tarde descansar y vuelta por el pueblo.  

 

Domingo 15.

 

Salir desde el mismo refugio a las 8 camino al Moncayo, almorzaremos por el camino  y comeremos en ruta.

 

Lunes 16.

 

Recoger trastos y de vuelta a valencia

 

Cosas que llevar 

 

Ropa de abrigo, complementos nunca están de mas guantes, bufanda y gorro.

 

El equipo habitual de senderismo o sea mochila pequeña cantimplora chubasquero, saco de dormir, linterna.

 

-      Vamos a un refugio con muchas comodidades pero no es un hotel de cinco estrellas 

 

-      Para poder comprar comida desayuno y hacer la reserva necesito saber quienes vamos confirmar asistencia mediante email, facebook o teléfono  

 

-      Nos gastaremos alrededor de 25 euros por persona gasolina aparte.

CRÓNICA.

Componentes: Pepe, Santiago, Jorge, Ana, Luisa, Mari, Miguel y el nano

 

Salimos rumbo a Agreda a las 9 de la mañana.

 

Con el coche lleno hasta la bandera y muchas ganas de llegar, viaje tranquilo de no ser por esporádicas gotas de lluvia, al llegar a Tarazona vimos una montaña entre las nubes, era el Moncayo que nos impresionó desde el primer momento. Intentamos llegar antes de las 2 de la tarde a la oficina de turismo para recoger las llaves, pero por 20 minutos no fue posible, así que decidimos visitar la iglesia local, comprar la comida y sorpresa todos los supermercados cierran por la tarde, nos tocó volver a Tarazona a comer y comprar. 

 

Volvimos  a Agreda  y el tiempo amenazaba con una buena descarga de agua, una visita rápida a la oficina de turismo y las llaves en nuestro poder, explicación rápida  para llegar al refugio y de vuelta al coche dos equivocaciones más y al final llegamos.

El refugio era lo que pensábamos, tres habitaciones, comedor, cocina, nevera, dos baños, la única pega una estufa de adorno y la falta de agua.

 

Nos instalamos, repartimos la comida entre nevera y despensa y a esperar al resto del grupo.

 

En cuanto llegaron fuimos a dar una vuelta por los alrededores, el frío y la lluvia no nos dejaban de amenazar, recogimos leña, hicimos fotos e hicimos algo de hambre. A la llegada descansamos un poco y para la cena spaghetti carbonara y algo de picar, queso y  pate, jiji jaja y a dormir todo el mundo. 

 

Pasamos la noche entre el frio y  los ronquidos de mi hijo (que es bueno que hayan niños).

 

A las seis procesión al baño al oído de la cisterna, algunos salimos a comprobar el frío matutino que rasca, de vuelta al saco y el último sueño antes de levantarnos.

 

El café silbaba al entrar en el comedor, justo a tiempo, desde la ventana del fregadero se veía la nieve más cerca que ayer y las ganas por empezar la ruta nos mordía. El tiempo parecía bueno, sólo eso, parecía. 

Comenzamos a andar y en la primera cuesta nos sobraba toda la ropa y acto seguido decíamos que frío, había nubes y claros en el tiempo.

 

Al llegar al final de una subida el aire y la sensación térmica eran insoportables.

 

Nos salimos del camino rumbo a lo desconocido, el viento atroz que se llevaba hasta los pensamientos se llevó los mapas que me había preparado, seguimos buscando la ruta buena, el viento seguía soplando. Decidimos parar a almorzar ante la imposibilidad de buscar un refugio o un sitio donde sentarnos, decidimos continuar subiendo por un collado de rocas nevado, no veíamos la cumbre, el GPS dejó de funcionar, la niebla se nos echaba encima, el viento racheado en ocasiones nos traía copitos de nieve. En estas circunstancias decidimos retirarnos, las cosas pintaban mal ahí arriba, de bajada nos metimos en un bosque de hayas y fresnos  siguiendo el curso de un río, vimos dos cabras montesas, ellas estaban más sorprendidas que nosotros. En cuanto nos parábamos las nubes nos daban alcance y los copos de nieve nos caían encima.

 

Parecíamos perdidos, que no... nos perdemos, nos desviamos de la ruta y de pronto vimos un camino, era el PR  ya en el buen camino paramos a almorzar para mi sorpresa eran las 14, con razón alguna se quejaba de hambre, repusimos fuerza y vuelta al refugio por una rampa que ponía a prueba nuestras fuerzas. Llegamos al refugio y café caliente, algo de comer e ir al pueblo a protestar por la falta de agua para ducharse. Subieron para coger algo de ropa y consiguieron que todo un pabellón polideportivo se abriera para que nosotros nos ducháramos.

 

Ya limpios y sin olor nos tomamos unas cervecitas y con la noche caída de vuelta al refugio. Preparamos una estupenda cena a base de una sopa calentita  y una tortilla de patatas echa por Pepe que estaba buenísima. A dormir que el cansancio del día no da para más.

 

La noche pasó entre frío y sueños rotos por no subir al dichoso Moncayo y la infructuosa búsqueda de Hércules.

Por la mañana desayuno, limpiar y recogerlo todo y de vuelta a casa que la nieve está más cerca que ayer,  un día más y llega a las mismas puertas.

 

De camino a casa último vistazo a la montaña que se nos ha resistido, pero volveremos, su cumbre está nevada, nos dicen que en la cima la sensación térmica es de -18 grados. Volveremos cuando el tiempo lo permita. 

 

Parada técnica en Cariñena, imposibilidad de almorzar allí y de vuelta a la carretera, parada para almorzar a las 13:30. Menudos horarios.

 

A las 15:25 llegamos a casa, despedidas y buenas sensaciones. 

 

La salida en general a estado bien, se echó en falta a algun@s asiduos.

EL TIEMPO NO ACOMPAÑÓ. 

 

Volveremos.

 

Un saludo Miguel.