Usos de la visualización

 

La visualización nos va a ser útil para aprender a controlar situaciones. El uso que hagamos de esta técnica dependerá de nuestros objetivos. A continuación exponemos algunas aplicaciones con diferentes ejemplos.

 

• Preparar la mente para la competición. Veamos un ejemplo. Hemos realizado el calentamiento antes de la carrera. Se ha desarrollado con normalidad. Estamos preparados para competir. Esta carrera es uno de nuestros objetivos del año. La hemos preparado con ilusión, esfuerzo y sacrificios. Quedan diez minutos para la hora de la salida. Los organizadores nos indican que nos vayamos colocando en la salida y así lo hacemos. En este momento, lo que pasa por nuestra mente puede estar o no bajo control. Si no tenemos control sobre lo que produce nuestra mente puede que nos desconcentremos o que nos pongamos a pensar de forma negativa. Para evitarlo podemos utilizar la visualización. Podemos imaginar momentos de otras carreras o entrenamientos en las que nuestras sensaciones y emociones eran óptimas. De esta forma estamos preparando nuestra mente y cuerpo para la carrera. También podemos repasar la estrategia de la carrera.

 

• Aumentar nuestra fortaleza y energía. Supongamos que estamos en la parte final de una carrera. Quedan dos kilómetros. Todo está trascurriendo mejor de lo planificado. Nuestro ritmo es bueno. Podemos alcanzar una de nuestras mejores marcas del año. Sin embargo, aparecen los primeros síntomas serios de cansancio. Con ellos algunos pensamientos negativos (no voy a poder mantener, tengo que bajar el ritmo, el corazón me va a estallar...). Es un buen momento para aplicar la técnica. Visualicemos una situación que hayamos vivido y en la que nos encontrábamos “a tope”. Imaginémonos utilizando todos los sentidos. Sintamos el sudor, el ritmo del corazón controlado, las sensaciones de ir a más. Podemos imaginar que nuestras piernas son fuertes como el hierro, con movimientos flexibles. En definitiva, se trata de utilizar imágenes que nos sugieran energía. Se puede recurrir a imágenes de animales como gacelas, tigres, leones. También podemos imaginar momentos estelares de corredores de élite (el tramo final del Campeonato del Mundo de Sevilla en el que Abel Antón se proclamó campeón del mundo, la final de 10.000 metros del Campeonato del Mundo de París de este verano o la mítica carrera entre Abel Antón y Martín Fiz del Mundial de Atenas...).

 

• Mejorar nuestra técnica. Hemos llegado a la conclusión de que debemos mejorar nuestra técnica. Sabemos cuáles son nuestros defectos y cómo deberíamos correr. Complementando los ejercicios físicos podemos entrenar en imaginación la técnica, visualizándonos realizando los gestos técnicos de forma adecuada. De esta forma “acostumbramos” a nuestro organismo a correr técnicamente bien. Durante la carrera, para tener presente la técnica, podemos visualizar a algún corredor de élite que destaque por su técnica. Ésto nos ayudará.

 

• Mejorar nuestra estrategia de carrera. La visualización puede utilizarse también para entrenar la estrategia de carrera. Por ejemplo, en los primeros kilómetros, algunos corredores tienen tendencia a ir a un ritmo muy superior al que realmente pueden llevar. Después pagan las consecuencias. Son conscientes de que ese ritmo no lo pueden llevar pero se dejan arrastrar por las emociones del momento. Complementando los entrenamientos físicos podemos utilizar la visualización para mejorar la estrategia de carrera. Podríamos imaginar la carrera desde el principio. Nos encontramos en la línea de salida. Recordamos que uno de nuestros objetivos es mantener un ritmo cómodo durante los quince primeros kilómetros para incrementar el ritmo después. Seguimos visualizándonos en los primeros momentos de la carrera, nos visualizamos tranquilos, llevando nuestro ritmo. Sin caer en la tentación de incrementarlo para alcanzar a alguien o seguir a un grupo de corredores que nos ha superado. Nos damos ánimos porque estamos llevando bien la carrera.

 

De esta forma podemos preparar la estrategia de la carrera en nuestra mente. Así, acostumbramos a nuestro organismo y nuestra mente a reaccionar de la forma que la hemos programado a través de la visualización.

 

• Controlar la activación y la motivación en los períodos de pausa. Una situación típica en la que podemos aplicar la visualización sería la siguiente: estamos realizando series de cuatrocientos metros. Nos resulta difícil hacerlas todas. De hecho, la mayoría de las veces no lo logramos y nos dejamos alguna por hacer. Esto nos genera insatisfacción. Sabemos que físicamente podemos realizarlas pero mentalmente nos cuesta empezar y mantener el ritmo. No nos apetece sufrir aunque sabemos los beneficios de las series.

 

 

La visualización en este caso la podemos utilizar de dos formas complementarias. Si entre serie y serie recuperamos dos minutos, el primer minuto lo podemos dedicar a relajar nuestro cuerpo y mente. Podemos imaginar cómo nuestro organismo se va recuperando, cómo el corazón cada vez late más despacio y se va recuperando del esfuerzo. En el próximo minuto de recuperación podemos empezar a visualizar la siguiente serie. Nos vemos corriendo. Pasamos la primera curva, sentimos el esfuerzo. Nos imaginamos controlando la respiración y la zancada. Nos visualizamos fuertes, con energía. Empezamos la recta al ritmo establecido. Nuestras sensaciones son buenas. Afrontamos la curva. Seguimos controlando la situación. Vemos que podemos. Salimos de la curva y vemos la recta. Mantenemos el ritmo. Vemos el cronómetro y todo va bien. Nuestras sensaciones son excelentes. Vemos que llegamos. Ya está. Hemos acabado la serie un segundo antes de lo previsto. Nos animamos, nos recreamos en nuestra visualización. De esta forma hemos utilizado la visualización para preparar nuestra mente, nuestro cuerpo y vernos capaces de correr la serie.

 

Conclusión

 

La visualización nos sirve para preparar el cuerpo y la mente para la actividad física que va a realizar nuestro organismo. También nos va a ayudar a mantener la atención y el control sobre los factores importantes que influyen sobre nuestro rendimiento físico.

 

En definitiva, podríamos decir que la visualización en un ensayo de la actividad que vamos a realizar pero sin movimiento (aunque sí que existe actividad muscular). El éxito de esta técnica depende de la capacidad que tengamos para visualizar de forma clara y con vida las situaciones y las emociones, y de la capacidad que tengamos para controlarlas. Por ello, el próximo número lo dedicaremos a exponer diversos ejercicios dirigidos a entrenar la capacidad de visualizar aplicada al deporte.

 

De la revista corricolari