TALES – ÓRGANOS DE BENITANDÚS

FECHA: 21/04/2012

SENDERISTAS: Toni, Luisa, Susana, Cristina, Pilar, Pepe, Miguel, Jorge, Julián, Jorge, Javier, Ramón y Vicente Cereza

RUTA: Tales – Órganos de Benitandús

RESEÑAS UTILIZADAS: Mapa topográfico, conocimientos propios.

CRÓNICA.

            Empezamos nuestra aventura como siempre en la gasolinera de Chirivella, decidiendo en ese momento que podría ser interesante visitar los Órganos de Benitandús en Tales. Nos repartimos en 3 vehículos y partimos en torno a las 8 y media. Aproximadamente en 1 hora ya habíamos llegado a Tales, desde donde comenzaba la senda, y también donde acabaría, pues íbamos a hacer una ruta circular.

Enseguida dejamos en pueblo atrás y nos adentramos en una zona boscosa llena de pinos y alcornoques, que nos proporcionaban una sombra necesaria en un día bastante caluroso. La sombra no fue suficiente para algunos integrantes que empezaron a quitarse ropa mientras los demás observábamos y hacíamos fotos en plan voyeur.

            Nuestra primera meta antes de llegar a los Órganos, era una zona llamada Las Águilas, que es el punto más alto de nuestra ruta y desde donde se aprecian unas buenas vistas, incluyendo a lo lejos el Penyagolosa. Para llegar hasta Las Águilas estuvimos ascendiendo por una pendiente con bastante desnivel donde tuvimos que ponernos todos las pilas. Al llegar arriba disfrutamos del paisaje y nos pusimos a almorzar para recuperar fuerzas.

Luego continuamos nuestro camino hasta llegar a una zona donde se apreciaban los Órganos de Benitandús, que son unas formaciones rocosas que se asemejan a los órganos de las iglesias, de ahí su nombre y que la verdad llaman bastante la atención. Desde este punto y hasta llegar a un mirador, la senda estaba bastante desaparecida, así que, como no teníamos a Paco Lobatón a mano, empezamos a improvisar entre la vegetación para encontrar por dónde continuaba el camino. Algunas personas no tuvieron demasiada afinidad con las simpáticas aliagas y zarzas que nos íbamos encontrando en esta zona y que nos dejaron algún que otro recuerdo.

            Encontramos el camino y llegamos al mirador donde disfrutamos de las vistas de los Órganos, algún embalse de agua y una pequeña sesión de fotos. Continuamos hasta encontrar una fuente, que a mí al menos me vino muy bien, porque el agua ya escaseaba y el calor apretaba. El agua de la fuente acababa en una especie de piscina y poco faltó para que acabáramos dando un baño (yo a la próxima me llevo el bañador! Jeje)

Continuamos la senda, donde ahora estaba marcada con flechas blancas en el suelo (posiblemente para alguna carrera). Por el camino Javier y Pepe decidieron hacer una carrera, ¡yo no sé de dónde sacaban ya la energía! Luego se puso a llover, aunque no era de forma intensa por lo que hasta nos vino bien para refrescarnos un poco.

            Al rato llegamos de nuevo a Tales donde terminamos la aventura de una de las mejores formas posibles, comiendo y tomando una merecida cervecita, después de unas 6 horas de ruta no viene nada mal.